El principal músculo implicado es el diafragma. Este importante músculo separa los pulmones de las vísceras del abdomen. Tiene forma de paraguas. Su movimiento estimula la circulación sanguínea en los pulmones, corazón, hígado, páncreas y estomago. Los órganos vitales del abdomen reciben un masaje suave y estimulante muy beneficioso para su correcto funcionamiento.
Este tipo de respiración oxigena al organismo hasta un 70% de su capacidad. Ventila la base de los pulmones. Esta asociada a buena salud y calma mental. El movimiento del diafragma estimula la producción de endorfinas. Las cuales producen sensación de bienestar.
La respiración diafragmática es la respiración natural que tienen los bebes al nacer y debería de ser nuestra forma habitual de respirar.
Por diferentes motivos esta buena costumbre se va perdiendo. Antes de empezar a practicar, observa como es tu forma de respirar habitual. ¿Donde está tu impulso respiratorio natural?, ¿está en el vientre?, ¿en el pecho?, ¿en la zona de las clavículas?…..
Practica de la respiración abdominal
Túmbate en el suelo en postura de savasana. Permite que tu respiración se vuelva natural y espontánea. Trata de localizar el diafragma. Enfócate en el área por debajo del esternón. Sitúa tu mano derecha encima del ombligo. Haz una exhalación contrayendo el abdomen, retén un segundo la respiración y a continuación comienza a inhalar expandiendo hacía arriba el abdomen. Nota como asciende el vientre y se eleva tu mano. Al final de la inhalación haz una breve pausa y después exhala. Nota como el vientre desciende hacia abajo. Intenta sentir el movimiento del diafragma. Cuando inhalas el diafragma desciende presionando las vísceras del abdomen. Cuando exhalas el diafragma se relaja y asciende hacia arriba. Durante este proceso lo único que se mueve es el abdomen, el pecho permanece pasivo. Practica durante 10 minutos. Cuando domines esta respiración puedes practicarla sentado o de pie.
Guardar en favoritos