Si todo el mundo meditase unos minutos al día esta sociedad seria completamente distinta.
Hace 2500 años el Buddha se sentó debajo de un árbol e hizo la firme resolución de no levantarse hasta haber alcanzado la liberación completa. Durante esa etapa tuvo acceso a muchos conocimientos, entre ellos las causas del sufrimiento. Para el iluminado la causa principal del sufrimiento es la ignorancia de nuestra verdadera naturaleza y la raíz de la ignorancia está en la tendencia habitual de nuestra mente a la distracción. Poner fin a la distracción de la mente equivaldría a poner fin al mismo samsara, y para ello, comprendió, la clave estaba en llevar la mente a casa, a su verdadera naturaleza, mediante la práctica de la meditación. Patanjali el patrón del yoga llego a la misma conclusión, la causa del sufrimiento es avidya, la ignorancia de no saber quienes somos, qué hacemos aquí y a donde vamos. Para el sabio, el yoga es el cese de la identificación con la actividad de la mente.
Mas allá de estos grandes ideales, la meditación beneficia globalmente todas las estructuras y niveles de la persona. Algunos beneficios destacados son:
- Reduce la constricción de los vasos sanguíneos, disminuye la presión sanguínea, e intensifica la circulación.
- La concentración de lactato en la sangre disminuye notablemente. Esta substancia está asociada a los estados de ansiedad y tensión. Con su disminución desaparecen dichos estados.
- Aumenta sensiblemente la resistencia eléctrica de la piel. La resistencia alta de la piel está relacionada con los estados de relajación, mientras que una resistencia baja indica estados de tensión.
- Ajusta el funcionamiento del sistema limbico, mejorando la respuesta emocional ante los acontecimientos y los estímulos externos.
- Equilibra la actividad del sistema nervioso.
- Desciende la frecuencia de las ondas cerebrales, predominando los ritmos alfa.
- Incrementa la actividad del hemisferio derecho del cerebro, que es el responsable de la orientación en el espacio, la creatividad, la intuición, el conocimiento holístico, etc.
- Proporciona una profunda relajación física, emocional y mental.
- Mejora la salud y estimula los procesos autocurativos.
- Genera vitalidad, aumentando las reservas de energía y el uso productivo de estas.
- Incrementa la resistencia al stress y a los desórdenes psicosomáticos.
- Mejora la calidad del sueño e induce niveles de descanso más profundo, que propician la regeneración de todas las células del cuerpo.
- Regulariza el conjunto de todas las funciones fisiológicas.
- Proporciona estabilidad nerviosa y erradica la dependencia de tranquilizantes, somníferos y drogas.
- Induce el equilibrio entre ida y pingala y activa los
- Potencia el sentido común y el sentido del humor.
- Purifica la mente. Disuelve los samskaras negativos, y elimina todo tipo de bloqueos, fobias, complejos, miedos, traumas, ansiedad, tensión mental, etc.
- Proporciona un estado mental claro, sereno, objetivo y ecuánime.
- Aumenta la percepción, la atención y la concentración.
- Desarrolla el estado de alerta y presencia en el aquí-ahora.
- Despierta la creatividad y actualiza el potencial latente de la mente.
- Genera cualidades y emociones positivas: amor, generosidad, solidaridad, desapego, compresión, compasión, etc.
- Proporciona confianza y seguridad en uno mismo.
- Aumenta la espontaneidad y destruye los viejos hábitos y patrones mecánicos de comportamiento.
- Mejora el desarrollo de las actividades cotidianas (estudio, trabajo, deporte, etc.) y la relación con los demás.
- Genera una actitud de apertura mental y psicológica.
- Integra las diversas facetas de la personalidad y armoniza al individuo con la naturaleza y los ritmos cósmicos. Desarrolla el conocimiento de uno mismo, la conciencia espiritual y lleva a la experiencia del Ser, el samadhi
Fernando Pardo
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